De camino al Levante hicimos parada en Sueca, para conocer a Ivan y a su grandísimo garito, el Hot Rod Café, el cual tenéis que visitar si o si. Enorme decoración y un trato exquisito, a parte de la calidad del sonido que tiene la sala, en la cual se programan habitualmente conciertos.
Si os acercáis a Valencia, no dudéis en hacer unos pocos km más y sacar la cabeza en el polígono de Sueca, seguro no os decepciona.
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